Experiencias

Nunca llegué a pensar que una aventura como la que viví en julio de 2022 con DiscoverEU iba a poder marcarme tanto como lo hizo. Descubrir Europa junto a mi amiga fue una experiencia que, sin duda, no solo repetiría, sino que también recomendaría a todo el mundo. 

La adrenalina de correr para no perder el tren, el suspiro tras sentarte en los asientos y la emoción de no saber que depararán las próximas horas en el ferrocarril; fueron vivencias que llevo dentro de mí como parte de un aprendizaje vital. Enseñanzas que vinieron de la mano de nuevos países, nuevas ciudades y sobre todo, nuevas personas. Amigos que fueron clave para las largas conversaciones en los vagones, y en los que compartíamos inquietudes, cuestiones culturales, y por encima de todo, risas y datos sobre nuestros respectivos países. 

Dentro de todo nuestro recorrido, pasamos por las estrechas calles venecianas recortadas por los tan conocidos canales, contemplamos el Duomo de Milán, o incluso conocimos que tan diferente son las costumbres en la Europa del este. Los vestigios de un pasado reciente seguían allí, en cada andén, en cada tren. Y más aun cuando nos fuimos acercando a verdaderas urbes cosmopolitas que recogían la memoria de una historia común en el pasado siglo. Pasear por la orilla del Danubio mientras caía el sol con el parlamento húngaro al fondo, o subir las interminables escaleras hasta el medieval castillo praguense, experiencias y momentos para recordar en la posteridad como el que fue, hasta el momento, el mejor viaje que he disfrutado.

Poder descubrir media Europa con 18 años, ha sido una dosis de madurez, independencia y crecimiento. Ya no solo porque nuestros padres no iban con nosotros, sino por todo lo que conlleva salir de tu propio país y lanzarte a conocer mundo con las ganas inmensas de unos jóvenes entusiastas que vieron la oportunidad para hacer el viaje de sus vidas. Me alegra decir, que lo ha sido, y que sobre todo, lo repetiría sin dudar.